Nocturno en que nada se oye
En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte en esta soledad sin paredes al tiempo que huyeron los ángulos en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre para salir en un momento tan lento en un interminable descenso sin brazos que tender sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible sin más que una mirada y una voz que no recuerdan haber salido de ojos y labios ¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios? Y mi voz ya no es mía dentro del agua que no moja dentro del aire de vidrio dentro del fuego lívido que corta como el grito Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro cae mi voz y mi voz que madura y mi voz quemadura y mi bosque madura y mi voz quema dura como el hielo de vidrio como el grito de hielo aquí en el caracol de la oreja el latido de un mar en el que no sé nada en el que no se nada porque he dejado pies y brazos en la orilla siento caer fuera de mí la red de mis nervios mas huye todo como el pez que se da cuenta hasta ciento en el pulso de mis sienes muda telegrafía a la que nadie responde porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.
Nocturne: Nothing is Heard
In the middle of a silence deserted as a street before a crime not even breathing so that nothing will disturb my dying in this loneliness with no walls at this hour when angles are escaping I leave my bloodless statue in the tomb of my bed and go off in the slow-moving moment in the interminable descent with no arms to stretch out with no fingers to reach the scale falling from an invisible piano with nothing more than a glance and a voice that can’t remember having left their eyes and lips what are lips? What are glances that are lips? and my voice is no longer my voice within this unwetting water within this plate glass air within this purple fire that slashes like a scream In the miserable game of mirror to mirror my voice is falling and my voice incinerates and my voice in sin narrates and my voice in sin elates and my poison scintillates like plate glass ice like the screams of ice here in the shell of my ear the pounding of a sea where I get nothing wet nothing for I’ve left my arms and feet on shore and I feel the net of my nerves being cast outside me and everything escapes like a calculating fish counting to a hundred in the pulse in my temples a dead telegraph no one is answering for sleep and death have nothing more to say.
Translated by Eliot WeinbergerEtiquetas: Xavier Villaurrutia |