César Vallejo -Trilce- LXI - |
jueves, 15 de enero de 2004 |
Trilce
LXI
Esta noche desciendo del caballo, ante la puerta de la casa, donde me despedí con el cantar del gallo. Está cerrada y nadie responde.
El poyo en que mamá alumbró al hermano mayor, para que ensille lomos que había yo montado en pelo, por rúas y por cercas, niño aldeano; el poyo en que dejé que se amarille al sol mi adolorida infancia... ¿Y este duelo que enmarca la portada?
Dios en la paz foránea, estornuda, cual llamando también, el bruto; husmea, golpeando el empedrado. Luego duda, relincha, orejea a viva oreja.
Ha de velar papá rezando, y quizás pensará se me hizo tarde. Las hermanas, canturreando sus ilusiones sencillas, bullosas, en la labor para la fiesta que se acerca, y ya no falta casi nada. Espero, espero, el corazón un huevo en su momento, que se obstruye.
Numerosa familia que dejamos no ha mucho, hoy nadie en vela, y ni una cera puso en el ara para que volviéramos.
Llamo de nuevo, y nada. Callamos y nos ponemos a sollozar, y el animal relincha, relincha más todavía.
Todos están durmiendo para siempre, y tan de lo más bien, que por fin mi caballo acaba fatigado por cabecear a su vez, y entre sueños, a cada venia, dice que está bien, que todo está muy bien.
Trilce
LXI
Tonight I get down from my horse by the front door of the house, where I waved goodbye as the rooster crowed. It's locked and no one answers.
The bench where Mama showed my older brother how to saddle backs I'd ridden bare along the roads and fields, village kid; the bench where I left , to yellow in the sun, my painful childhood . . . and that pain that frames the doorway?
A deity in the strange peace, the beast, as though calling too, sneezes and sniffs, stamping the paving-stone. Then, doubtful, he whinnies with a lively shake of his ears.
Papa must be praying late, and perhaps he'll think it's I who've kept him up. My sisters, buzzing with their fantasies, simple and bubbling over with plans for the party coming soon, and now almost nothing is missing. I wait, I wait, my heart an egg about to hatch, past its time.
Numerous family we left not long ago, now no one keeps watch, not even a candle set in the niche for our safe return.
I call again, and nothing. We fall silent and begin to sob, and the animal whinnies, whinnies again.
They're all sleeping forever, and so much the better, since finally my horse begins to nod from drowsiness in his turn and between naps at every bobbing says that it's all right, everything's quite all right.
Translated by Sandy McKinneyEtiquetas: César Vallejo |
posted by Bishop @ 11:01 |
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