La oración del ateo
Oye mi ruego Tú, Dios que no existes, y en tu nada recoge estas mis quejas, Tú que a los pobres hombres nunca dejas sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes. Cuando Tú de mi mente más te alejas, más recuerdo las plácidas consejas con que mi ama endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi Dios! Eres tan grande que no eres sino Idea; es muy angosta la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa, Dios no existente, pues si Tú existieras existiría yo también de veras.
The atheist's prayer
Hear my prayer, Oh non-existent God, and gather my doubts in your nothingness, you who never leaves us poor humans without your hidden comforts. You never resist
our prayers and you always see our yearning. When you are far from me, I remember all the more the words of my love as she would sweeten my sad nights.
How great you are, my God! You are so great that you are only Idea; reality is very wide to try and fit
your nothingness. I suffer at your cost, non-existent God, but if you existed than I would also truly exist.Etiquetas: Miguel de Unamuno |