Los que ciego me ven de haber llorado...
Los que ciego me ven de haber llorado y las lágrimas saben que he vertido, admiran de que, en fuentes dividido o en lluvias, ya no corra derramado.
Pero mi corazón arde admirado (porque en tus llamas, Lisi, está encendido) de no verme en centellas repartido, y en humo negro y llamas desatado.
En mí no vencen largos y altos ríos a incendios, que animosos me maltratan, ni el llanto se defiende de sus bríos.
La agua y el fuego en mí de paces tratan; y amigos son, por ser contrarios míos; y los dos, por matarme, no se matan.
Those who see me blind from weeping...
Those who see me blind from weeping and know the tears I have poured out are surprised that, divided into fountains or deluges, I do not yet flow away spilled.
But my heart burns in wonder (for by your flames, Lisi, it is ignited), at not seeing me scattered in sparks, and into black smoke and flames unfastened.
Great high rivers do not in me defeat the fires that as enemies mistreat me, nor does weeping guard itself from their brightness.
Water and fire have made a truce in me and become friends, in being my adversaries; the two, to kill me, do not kill each other.Etiquetas: Francisco de Quevedo |