Don de Heráclito
Pero el agua recorre los cristales musgosamente: ignora que se altera lejos del sueño todo lo existente.
Y el reposo del fuego es tomar forma con su pleno poder de transformarse. Fuego del aire y soledad del fuego al incendiar el aire que es de fuego Fuego es el mundo que se extingue y prende para durar (fue siempre) eternamente.
Las cosas hoy dispersas se reúnen y las que están más próximas se alejan: soy y no soy aquel que te ha esperado en el parque desierto una mañana junto al río irrepetible adonde entraba (y no lo hará jamás, nunca, dos veces) la luz de octubre rota en la espesura.
Y fue el olor del mar: una paloma como un arco de sal ardió en el aire. No estabas, no estarás, pero el oleaje de una espuma remota confluía sobre mis actos y sobre mis palabras (únicas nunca ajenas, nunca mías): el mar que es agua pura ante los peces jamás ha de saciar la sed del hombre.
Gift of Heraclitus
But water spreads down the windows like moss: it doesn't know that everything is altered once it leaves the dream.
And the fire's repose means assuming a form out of its full powers of transformation. Fire of the air, the fire's solitude, igniting the air made of fire. Fire is the world that goes out and burns again to last (it was always so) forever.
What is scattered today comes together, what is near goes away: it was and it wasn't me who waited for you one morning at the deserted park; I stood by the everchanging river as it was entered (it will never happen again) by October's sunlight, filtered in shattered pieces through the thicket.
There was a smell of ocean: a dove caught fire in the air like an arch of salt. You weren't there, you won't be, but the waves from a distant foam came together in my deeds and words (never belonging to others, never mine): the sea which is pure water to the fish will never quench the thirst of men.
Translated by Ernesto TrejoEtiquetas: José Emilio Pacheco |