Pablo Neruda -Macchu Picchu- XI- |
viernes, 18 de febrero de 2005 |
Macchu Picchu
XI. A través del confuso esplendor, a través de la noche de piedra, déjame hundir la mano y deja que en mí palpite, como un ave mil años prisionera, el viejo corazón del olvidado! Déjame olvidar hoy esta dicha, que es más ancha que el mar, porque el hombre es más ancho que el mar y que sus islas, y hay que caer en él como en un pozo para salir del fondo con un ramo de agua secreta y de verdades sumergidas. Déjame olvidar, ancha piedra, la proporción poderosa, la trascendente medida, las piedras del panal, y de la escuadra déjame hoy resbalar la mano sobre la hipotenusa de áspera sangre y cilicio. Cuando, como una herradura de élitros rojos, el cóndor furibundo me golpea las sienes en el orden del vuelo y el huracán de plumas carniceras barre el polvo sombrío de las escalinatas diagonales, no veo a la bestia veloz, no veo el ciego ciclo de sus garras, veo el antiguo ser, servidor, el dormido en los campos, veo un cuerpo, mil cuerpos, un hombre, mil mujeres, bajo la racha negra, negros de lluvia y noche, con la piedra pesada de la estatua: Juan Cortapiedras, hijo de Wiracocha, Juan Comefrío, hijo de estrella verde, Juan Piesdescalzos, nieto de la turquesa, sube a nacer conmigo, hermano.
Macchu Picchu
XI. Through a confusion of splendor, through a night made stone let me plunge my hand and move to beat in me a bird held for a thousand years, the old and unremembered human heart! Today let me forget this happiness, wider than all the sea, because man is wider than all the sea and her necklace of islands and we must fall into him as down a well to clamber back with branches of secret water, recondite truths. Allow me to forget, circumference of stone, the powerful proportions, the transcendental span, the honeycomb’s foundations, and from the set-square allow my hand to slide down a hypotenuse of hair shirt and salt blood. When, like a horseshoe of rusting wing-cases, the furious condor batters my temples in the order of flight and his tornado of carnivorous feathers sweeps the dark dust down slanting stairways, I do not see the rush of the bird, nor the blind sickle of his talons- I see the ancient being, the slave, the sleeping one, blanket his field- a body, a thousand bodies, a man, a thousand women swept by the sable whirlwind, charred with rain and night, stoned with a leaden weight of statuary: Juan Splitstones, son of Wiracocha, Juan Coldbelly, heir of the green star, Juan Barefoot, grandson to the turquoise, rising to birth with me, as my own brother.Etiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 3:11 |
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