Pablo Neruda -Macchu Picchu- XII- |
viernes, 18 de febrero de 2005 |
Macchu Picchu
XII. Sube a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. No volverás del fondo de las rocas. No volverás del tiempo subterráneo. No volverá tu voz endurecida. No volverán tus ojos taladrados. Mírame desde el fondo de la tierra, labrador, tejedor, pastor callado: domador de guanacos tutelares: albañil del andamio desafiado: aguador de las lágrimas andinas: joyero de los dedos machacados: agricultor temblando en la semilla: alfarero en tu greda derramado: traed a la copa de esta nueva vida vuestros viejos dolores enterrados. Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme: aquí fui castigado, porque la joya no brilló o la tierra no entregó a tiempo la piedra o el grano: señaladme la piedra en que caísteis y la madera en que os crucificaron, encendedme los viejos pedernales, las viejas lámparas, los látigos pegados a través de los siglos en las llagas y las hachas de brillo ensangrentado. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. A través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramados y desde el fondo habladme toda esta larga noche como si yo estuviera con vosotros anclado, contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso, afilad los cuchillos que guardasteis, ponedlos en mi pecho y en mi mano, como un río de rayos amarillos, como un río de tigres enterrados, y dejadme llorar, horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares.
Dadme el silencio, el agua, la esperanza.
Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.
Apegadme los cuerpos como imanes.
Acudid a mis venas y a mi boca.
Hablad por mis palabras y mi sangre.
Macchu Picchu
XII. Arise to birth with me, my brother. Give me your hand out of the depths sown by your sorrows. You will not return from these stone fastnesses. You will not emerge from subterranean time. Your rasping voice will not come back, nor your pierced eyes rise from their sockets. Look at me from the depths of the earth, tiller of fields, weaver, reticent shepherd, groom of totemic guanacos, mason high on your treacherous scaffolding, iceman of Andean tears, jeweler with crushed fingers, farmer anxious among his seedlings, potter wasted among his clays- bring to the cup of this new life your ancient buried sorrows. Show me your blood and your furrow; say to me: here I was scourged because a gem was dull or because the earth failed to give up in time its tithe of corn or stone. Point out to me the rock on which you stumbled, the wood they used to crucify your body. Strike the old flints to kindle ancient lamps, light up the whips glued to your wounds throughout the centuries, and light the axes gleaming with your blood. I come to speak for your dead mouths. Throughout the earth let dead lips congregate, out of the depths spin this long night to me as if I rode at anchor here with you. And tell me everything, tell chain by chain, and link by link, and step by step; sharpen the knives you kept hidden away, thrust them into my breast, into my hands, like a torrent of sunbursts, an Amazon of buried jaguars, and leave me cry: hours, day and years, blind ages, stellar centuries.
And give me silence, give me water, hope.
Give me the struggle, the iron, the volcanoes.
Let bodies cling like magnets to my body.
Come quickly to my veins and to my mouth.
Speak through my speech, and through my blood.
Translated by Nathaniel TarnEtiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 3:12 |
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