Pablo Neruda -Oda al libro- |
lunes, 21 de marzo de 2005 |
Oda al libro
Libro, cuando te cierro abro la vida. Escucho entrecortados gritos en los puertos. Los lingotes del cobre cruzan los arenales, bajan a Tocopilla. Es de noche. Entre las islas nuestro océano palpita con sus peces. Toca los pies, los muslos, las costillas calcáreas de mi patria. Toda la noche pega en sus orillas y con la luz del día amanece cantando como si despertara una guitarra.
A mí me llama el golpe del océano. A mí me llama el viento, y Rodríguez me llama, José Antonio, recibí un telegrama del sindicato “Mina” y ella, la que yo amo (no les diré su nombre), me espera en Bucalemu.
Libro, tú no has podido, empapelarme, no me llenaste de tipografía, de impresiones celestes, no pudiste encuadernar mis ojos, salgo de ti a poblar las arboledas con la ronca familia de mi canto, a trabajar metales encendidos o a comer carne asada junto al fuego en los montes. Amo los libros exploradores, libros con bosque o nieve, profundidad o cielo, pero odio el libro araña en donde el pensamiento fue disponiendo alambre venenoso para que allí se enrede la juvenil y circundante mosca. Libro, déjame libre. Yo no quiero ir vestido de volumen, yo no vengo de un tomo, mis poemas no han comido poemas, devoran apasionados acontecimientos, se nutren de intemperie, extraen alimento de la tierra y de los hombres. Libro, déjame andar por los caminos con polvo en los zapatos y sin mitología: vuelve a tu biblioteca yo me voy por las calles.
He aprendido la vida de la vida, el amor lo aprendí de un solo beso, y no pude enseñar a nadie nada sino lo que he vivido, cuanto tuve en común con otros hombres, cuanto luché con ellos: cuanto expresé de todos en mi canto.
Ode to the book
When I close a book I open life. I hear faltering cries among harbours. Copper ignots slide down sand-pits to Tocopilla. Night time. Among the islands our ocean throbs with fish, touches the feet, the thighs, the chalk ribs of my country. The whole of night clings to its shores, by dawn it wakes up singing as if it had excited a guitar.
The ocean's surge is calling. The wind calls me and Rodriguez calls, and Jose Antonio-- I got a telegram from the "Mine" Union and the one I love (whose name I won't let out) expects me in Bucalemu.
No book has been able to wrap me in paper, to fill me up with typography, with heavenly imprints or was ever able to bind my eyes, I come out of books to people orchards with the hoarse family of my song, to work the burning metals or to eat smoked beef by mountain firesides. I love adventurous books, books of forest or snow, depth or sky but hate the spider book in which thought has laid poisonous wires to trap the juvenile and circling fly. Book, let me go. I won't go clothed in volumes, I don't come out of collected works, my poems have not eaten poems-- they devour exciting happenings, feed on rough weather, and dig their food out of earth and men. I'm on my way with dust in my shoes free of mythology: send books back to their shelves, I'm going down into the streets. I learned about life from life itself, love I learned in a single kiss and could teach no one anything except that I have lived with something in common among men, when fighting with them, when saying all their say in my song.
Translated by Nathaniel TarnEtiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 21:35 |
|
|