Pablo Neruda -Oda a la magnolia- |
lunes, 21 de marzo de 2005 |
Oda a la magnolia
Aquí en el fondo del Brasil profundo, un magnolia.
Se levantaban como boas negras las raíces, los troncos de los árboles eran inexplicables columnas con espinas. Alrededor las copas de los mangos eran ciudades anchas, con balcones, habitadas por pájaros y estrellas. Caían entre las hojas cenicientas, antiguas cabelleras, flores terribles con bocas voraces. Alrededor subía el silencioso terror de animales, de dientes que mordían: ¡patria desesperada de sangre y sombra verde!
Una magnolia pura, redonda como un círculo de nieve, subió hasta mi ventana y me reconcilió con la hermosura. Entre sus lisas hojas — ocre y verde — cerrada, era perfecta como un huevo celeste, abierta era la piedra de la luna, afrodita fragrante, planeta de platino. Sus grandes pétalos me recordaron las sábanas de la primera luna enamorada, y su pistilo erecto era torre nupcial de las abejas.
Oh blancura entre todas las blancuras, magnolia inmaculada, amor resplandeciente, olor de nieve blanca con limones, secreta secretaria de la aurora, cúpula de los cisnes, aparición radiante!
Cómo cantarte sin tocar tu piel purísima, amarte sólo al pie de tu hermosura, y llevarte dormida en el árbol de mi alma, replandeciente, abierta, deslumbrante, sobre la selva oscura de los sueños!
Ode to the magnolia
Here in the heart of deepest Brazil, a magnolia.
Roots stretched up like black boas, tree trunks were spiny columns encrusted with riddles. Around the tops of mango trees there appeared wide cities with balconies, inhabited by birds and stars. Among the ashen leaves an ancient wig cascaded and terrible flowers with carnivorous mouths smiled. Everywhere the silent terror of animals increased, with bitter teeth: in a desperate land of blood and green shadows.
A pure magnolia, round as a snowy circle, reached my window and soothed me with her beauty. Between her smooth leaves — ochre and emerald — in seclusion, she was perfect, a heavenly egg. In her, the moon's bedrock shattered: sweet shards of Aphrodite, a platinum planet. Her sublime petals reminded me of the sheets of the first lovers' moon, and her erect pistil embodied the bees' wedding tower.
Oh whiteness amid all whiteness, immaculate magnolia, radiant love, essence of luminous snow on lemons, dawn's secret secretary, swans' dome, brilliant apparition!
How can I sing to you without touching your innocent skin, and love you by simply reaching the foot of your splendor, and carry you off asleep to the tree of my soul, sparkling, naked, angelic, above the dark jungle of dreams!
Translated by Maria JackettiEtiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 18:05 |
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