Pablo Neruda -Oda a un gran atún en el mercado- |
lunes, 21 de marzo de 2005 |
Oda a un gran atún en el mercado
En el mercado verde, bala del profundo océano, proyectil natatorio, te vi, muerto.
Todo a tu alrededor eran lechugas, espuma de la tierra, zanahorias, racimos, pero de la verdad marina, de lo desconocido, de la insondable sombra, agua profunda, abismo, sólo tu sobrevivías, alquitranado, barnizado, testigo de la profunda noche. Sólo tú, bala oscura del abismo, certera destruida sólo en un punto, siempre renaciendo, anclando en la corriente sus aladas aletas, circulando en la velocidad en el transcurso de la sombra marina como enlutada flecha, dardo del mar, intrépida aceituna.
Muerto te vi, difunto rey de mi propio océano, ímpetu verde, abeto submarino, nuez de los maremotos, allí, despojo muerto, en el mercado era sin embargo tu forma lo único dirigido entre la confusa derrota de la naturaleza: entre la verdura frágil estabas solo como una nave, armado entre legumbres, con ala y proa negras y aceitadas, como si aún tú fueras la embarcación del viento, la única y pura máquina marina: intacta navegando las aguas de la muerte.
Ode to a large tuna in the market
Among the market greens, a bullet from the ocean depths, a swimming projectile, I saw you, dead.
All around you were lettuces, sea foam of the earth, carrots, grapes, but of the ocean truth, of the unknown, of the unfathomable shadow, the depths of the sea, the abyss, only you had survived, a pitch-black, varnished witness to deepest night.
Only you, well-aimed dark bullet from the abyss, mangled at one tip, but constantly reborn, at anchor in the current, winged fins windmilling in the swift flight of the marine shadow, a mourning arrow, dart of the sea, olive, oily fish. I saw you dead, a deceased king of my own ocean, green assault, silver submarine fir, seed of seaquakes, now only dead remains, yet in all the market yours was the only purposeful form amid the bewildering rout of nature; amid the fragile greens you were a solitary ship, armed among the vegetables fin and prow black and oiled, as if you were still the vessel of the wind, the one and only pure ocean machine: unflawed, navigating the waters of death.Etiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 20:00 |
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