Pablo Neruda -Oda a una castaña en el suelo- |
lunes, 21 de marzo de 2005 |
Oda a una castaña en el suelo
Del follaje erizado caíste completa de madera pulida, de lúcida caoba, lista como un violín que acaba de nacer en la altura, y cae terminado en secreto entre pájaros y hojas, escuela de la forma, linaje de leña y de la harina, instrumento ovalado que guarda en su estructura delicia intacta y rosa comestible. En lo alto abandonaste el erizado erizo que, entreabrió sus espinas en la luz del castaño, por esa partidura viste el mundo, pájaros llenos de sílabas, rocío con estrellas, y abajo cabezas de muchachos y muchachas, hierbas que tiemblan sin reposo, humo que sube y sube. Te decidiste, castaña, y saltaste a la tierra, bruñida y preparada, endurecida y suave como un pequeño seno de las islas de América. Caíste golpeando el suelo pero nada pasó, la hierba siguió temblando, el viejo castaño susurró como las bocas de toda una arboleda, cayó una hoja del otoño rojo, firme siguieron trabajando las horas en la tierra. Porque eres sólo una semilla, castaño, otoño, tierra, agua, altura, silencio prepararon el germen, la harinosa espesura, los párpados maternos que abrirán, enterrados, de nuevo hacia la altura la magnitud sencilla de un follaje, la oscura trama húmeda de unas nuevas raíces, las antiguas y nuevas dimensiones de otro castaño en la tierra.
Ode to a chestnut on the ground
From bristly foliage you fell complete, polished wood, gleaming mahogany, as perfect as a violin newly born of the treetops, that falling offers its sealed-in gifts, the hidden sweetness that grew in secret amid birds and leaves, a model of form, kin to wood and flour, an oval instrument that holds within it intact delight, an edible rose. In the heights you abandoned the sea-urchin burr that parted its spines in the light of the chestnut tree; through that slit you glimpsed the world, birds bursting with syllables, starry dew below, the heads of boys and girls, grasses stirring restlessly, smoke rising, rising. You made your decision, chestnut, and leaped to earth, burnished and ready, firm and smooth as the small breasts of the islands of America. You fell, you struck the ground, but nothing happened, the grass still stirred, the old chestnut sighed with the mouths of a forest of trees, a red leaf of autumn fell, resolutely, the hours marched on across the earth. Because you are only a seed, chestnut tree, autumn, earth, water, heights, silence prepared the germ, the floury density, the maternal eyelids that buried will again open toward the heights the simple majesty of foliage, the dark damp plan of new roots, the ancient but new dimensions of another chestnut tree in the earth.Etiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 23:05 |
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