Pablo Neruda -Soneto XXIII- |
domingo, 10 de abril de 2005 |
Soneto XXIII
Fue luz el fuego y pan la luna rencorosa, el jazmín duplicó su estrellado secreto, y del terrible amor las suaves manos puras dieron paz a mis ojos y sol a mis sentidos.
Oh amor, cómo de pronto, de las desgarraduras hiciste el edificio de la dulce firmeza, derrotaste las uñas malignas y celosas y hoy frente al mundo somos como una sola vida.
Así fue, así es y así será hasta cuando, salvaje y dulce amor, bienamada Matilde, el tiempo nos señale la flor final del día.
Sin ti, sin mí, sin luz ya no seremos: entonces más allá del la tierra y la sombra el resplandor de nuestro amor seguirá vivo.
Sonnet 23 The light that climbs from your feet to your hair, the mantle enveloping your delicate form, are not sea’s nacre, or frozen silver: you are bread, bread, dear to the fire. The grain built its silo around you, and rose, increased by a golden age, while its wheaten surge recreated your breasts, my love was an ember labouring in earth. Oh, bread of your forehead, your legs, and your mouth, bread I consume, born each day with the light, dear one, the bake-houses banner and sign: the fire taught your blood its lessons, you learnt sacredness from grain, and your language, your perfume are bread.Etiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 1:23 |
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