Pablo Neruda -Llegada a Madrid de la Brigada Internacional- |
domingo, 29 de mayo de 2005 |
Llegada a Madrid de la Brigada Internacional
Una mañana de un mes frío, De un mes agonizante, manchado por el lodo y por el humo, Un mes sin rodillas, un triste mes de sitio y desventura, Cuando a través de los cristales mojados de mi casa se oían los chacales africanos Aullar con los rifles y los dientes llenos de sangre, entonces, Cuando no teníamos más esperanza que un sueño de pólvora, cuando ya creíamos Que el mundo estaba lleno sólo de monstruos devoradores y de furias, Entonces, quebrando la escarcha del mes de frío de Madrid, en la niebla Del alba He visto con estos ojos que tengo, con este corazón que mira, He visto llegar a los claros, a los dominadores combatientes De la delgada y dura y madura y ardiente brigada de piedra.
Era el acongojado tiempo en que las mujeres Llevaban una ausencia como un carbón terrible, Y la muerte española, más ácida y aguda que otras muertes, Llenaba los campos hasta entonces honrados por el trigo.
Por las calles la sangre rota del hombre se juntaba Con el agua que sale del corazón destruido de las casas: Los huesos de los niños deshechos, el desgarrador Enlutado silencio de las madres, los ojos Cerrados para siempre de los indefensos, Eran como la tristeza y la pérdida, eran como un jardín esculpido, Eran la fe y la flor asesinadas para siempre. Camaradas, Entonces Os he visto, Y mis ojos están hasta ahora llenos de orgullo Porque os vi a través de la mañana de niebla llegar a la frente pura de Castilla Silenciosos y firmes Como campanas antes del alba, Llenos de solemnidad y de ojos azules venir de lejos y lejos, Venir de vuestros rincones, de vuestras patrias perdidas, de vuestros sueños Llenos de dulzura quemada y de fusiles A defender la ciudad española en que la libertad acorralada Pudo caer y morir mordida por las bestias.
Hermanos, que desde ahora Vuestra pureza y vuestra fuerza, vuestra historia solemne Sea conocida del niño y del varón, de la mujer y del viejo, Llegue a todos los seres sin esperanzas, baje a las minas corroídas por el aire sulfúrico, Suba a las escaleras inhumanas del esclavo, Que todas las estrellas, que todas las espigas de Castilla y del mundo Escriban vuestro nombre y vuestra áspera lucha
Y vuestra victoria fuerte y terrestre como una encina roja. Porque habéis hecho renacer con vuestro sacrificio La fe perdida, el alma ausente, la confianza en la tierra, Y por vuestra abundancia, por vuestra nobleza, por vuestros muertos, Como por un valle de duras rocas de sangre Pasa un inmenso río con palomas de acero y de esperanza.
The arrival in Madrid of the International Brigades
One morning in a cold month In an agonizing month, spotted with mud and smoke A month that wouldn't get on its knees, a sad besieged, unlucky month When from beyond my wet window panes you could hear the jackals Howling with their rifles and their teeth full of blood then When we didn't have more hope than a dream of more gun powder, when we believed by then That the world was full of nothing but devouring monsters and furies, Then, breaking through the frost of that cold month in Madrid, in the early morning mist I saw with my own eyes, with this heart which looks out I saw the bright ones arrive, the victorious fighters From that lean, hard, tested rock of a brigade.
Is was the troubled time when the women Carried an emptiness like a terrible burning coal, And Spanish death, sharper and more bitter than other deaths Filled the fields which until then had been honored by wheat.
Through the streets the beaten blood of men had joined With water flowing out of the destroyed hearts of houses The bones of dismembered children, the piercing Silence of women in mourning, the eyes Of the defenseless closed forever, It was like sadness and loss, like a spat-upon garden Comrades, Then I saw you, And my eyes even now are full of pride Because I saw you arriving through the Morning mist, coming to the pure brow of Spain Silent and firm Like bells before daybreak So solemn with blue eyes coming from far, far away coming from your corners, from your lost homelands, from your dreams Full of burning sweetness and guns To defend the Spanish city where freedom was trapped About to fall and be bitten by beasts.
Brothers, from now on Your purity and your strength, your solemn story Will be known by child and man, by woman and old one, May it reach all beings who have no hope, may it descend into the mines corroded by sulphuric air, May it climb the inhuman stairways to the slave May all the stars, all the wheat stalks of Spain and the world Write your name and your harsh struggle And your victory, strong and earthy as a red oak tree.
Because you have given new birth by your sacrifice To the lost faith, the empty soul, the confidence in the earth And through your abundance, your nobility, your deaths, Like through a valley of hard, bloody rocks Passes an immense river of doves Made of steel and hope.
Translated by Jodey BatemanEtiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 10:00 |
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