La casa
La mesa, hijo, está tendida
en blancura quieta de nata,
y en cuatro muros azulea,
dando relumbres, la cerámica.
Ésta es la sal, éste el aceite
y al centro el Pan que casi habla.
Oro más lindo que oro del Pan
no está ni en fruta ni en retama,
y da su olor de espiga y horno
una dicha que nunca sacia.
Lo partimos, hijito, juntos,
con dedos duros y palma blanda,
y tú lo miras asombrado
de tierra negra que da flor blanca.
Baja la mano de comer,
que tu madre también la baja.
Los trigos, hijo, son del aire,
y son del sol y de la azada;
pero este Pan «cara de Dios»
no llega a mesas de las casas.
Y si otros niños no lo tienen,
mejor, mi hijo, no lo tocaras,
y no tomarlo mejor sería
con mano y mano avergonzadas.
(...)
The house
The table, son, is laid
with the quiet whiteness of cream,
and on four walls ceramics
gleam blue, glint light.
Here is the salt, here the oil,
in the center, bread that almost speaks.
Gold more lovely than gold of bread
is not in broom plant or fruit,
and its scent of wheat and oven
gives unfailing joy.
We break bread, little son, together
with our hard fingers, our soft palms,
while you stare in astonishment
that black earth brings forth a white flower.
Lower your hand that reaches for food
as your mother also lowers hers.
Wheat, my son, is of air,
of sunlight and hoe;
but this bread, called "the face of God",
is not set on every table.
And if other children do not have it,
better, my son, that you not touch it,
better that you do not take it
with ashamed hands.
(...)
Translated by Doris Dana
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.