viernes, 5 de agosto de 2005

Antonio Machado -Galerías-

Galerías

I
En el azul la banda
de unos pájaros negros
que chillan; aletean y se posan
en el álamo yerto.
... En el desnudo álamo,
las graves chovas quietas y en silencio,
cual negras, frías notas
escritas en la pauta de febrero.

II
El monte azul, el río, las erectas
varas cobrizas de los finos álamos,
y el blanco del almendro en la colina,
¡oh nieve en flor y mariposa en árbol!
Con el aroma del habar, el viento
corre en la alegre soledad del campo.

III
Una centella blanca
en la nube de plomo culebrea.
¡Los asombrados ojos
del niño, y juntas cejas
—está el salón oscuro— de la madre!...
¡Oh cerrado balcón a la tormenta!
El viento aborrascado y el granizo
en el limpio cristal repiquetean.

IV
El iris y el balcón.
Las siete cuerdas
de la lira del sol vibran en sueños.
Un tímpano infantil da siete golpes
—agua y cristal—. Acacias con jilgueros.
Cigüeñas en las torres. En la plaza,
lavó la lluvia el mirto polvoriento.
En el amplio rectángulo ¿quién puso
ese grupo de vírgenes risueño,
y arriba ¡hosanna! entre la rota nube,
la palma de oro y el azul sereno?

V
Entre montes de almagre y peñas grises
el tren devora su raíl de acero.
La hilera de brillantes ventanillas
lleva un doble perfil de camafeo,
tras el cristal de plata, repetido...
¿Quién ha punzado el corazón del tiempo?

VI
¿Quién puso, entre las rocas de ceniza,
para la miel del sueño,
esas retamas de oro
y esas azules flores del romero?
La sierra de violeta
y, en el poniente, el azafrán del cielo,
¿quién, ha pintado? ¡El abejar, la ermita,
el tajo sobre el río, el sempiterno
rodar del agua entre las hondas peñas,
y el rubio verde de los campos nuevos,
y todo, hasta la blanca y rosa
al pie de los almendros!

VII
En el silencio sigue
la lira pitagórica vibrando,
el iris en la luz, la luz que llena
mi estereoscopio vano.
Han. cegado mis ojos las cenizas
del fuego heraclitano.
El mundo es, un momento,
transparente, vacío, ciego, alado.


Passages

I
In the blue, the black
flock of birds
calling, flapping, perching
on the frozen poplar.
… On the bare poplar
sombre rooks, still and silent
like cold dark notes
penned on February’s stave.

II
The blue mountain, the river, the tall
copper wands of slender poplars,
and white of almonds on the hill,
oh snow in flower, butterfly on the bough!
With the broad beans’ fragrance the wind
blows over the land’s bright solitude.

III
A white flash
snakes through leaden cloud.
The child’s eye
amazed, and the frowning brow
– the room is dark – of the mother!…
Oh balcony closed against the storm!
The wind and hail
ring on the bright glass.

IV
The rainbow and the balcony.
Seven strings
of the sun’s lyre tremor in dream.
A toy drum gives seven taps –
– water and glass –.
Acacias with goldfinches.
Storks on the bell-towers.
In the plaza
the rain has washed the dusty myrtle.
Who placed those laughing virgin girls
in the vast quadrangle
and above, hosannah! in the broken cloud,
the palm of gold and the blue serene?

V
Between chalk hills and grey crags
the train eats the steel trail.
The row of gleaming windows
hold a twin cameo profile
repeated through the silver glass.
Who is it that has pierced time’s heart?

VI
Who set, between those rocks like cinder,
to show the honey of dream,
that golden broom,
those blue rosemaries?
Who painted the purple mountains
and the saffron, sunset sky?
The hermitage, the beehives,
the cleft of the river
the endless rolling water deep in rocks,
the pale-green of new fields,
all of it, even the white and pink
under the almond trees!

VII
In the silence it goes on
trembling, Pythagoras’ lyre,
rainbow in the light, the light that fills
my empty stereoscope.
They’ve blinded my eyes those embers
of the Heraclitean fire.
World for a moment is
transparent, void, mute, blind.

Translated by A. S. Kline

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