Canciones
I
Junto a la sierra florida,
bulle el ancho mar.
El panal de mis abejas
tiene granitos de sal.
II
Junto al agua negra.
Olor de mar y jazmines.
Noche malagueña.
III
La primavera ha venido.
Nadie sabe còmo ha sido.
IV
La primavera ha venido.
¡Aleluyas blancas
de los zarzales floridos!
V
¡Luna llena, luna llena,
tan oronda, tan redonda
en esta noche serena
de marzo, panal de luz
que labran blancas abejas!
VI
Noche castellana
la canciòn se dice,
o, mejor, se calla.
Cuando duerman todos,
saldré a la ventana.
VII
Canta, canta en claro ritmo,
el almendro en verde rama
y el doble sauce del río.
Canta de la parda encina
la rama que el hacha corta,
y la flor que nadie mira.
De los perales del huerto
la blanca flor, la rosada
flor del melocotonero.
Y este olor
que arranca el viento mojado
a los habares en flor.
VIII
La fuente y las cuatro
acacias en flor
de la plazoleta.
Ya no quema el sol.
¡Tardecita alegre!
Canta, ruiseñor.
Es la misma hora
de mi corazòn.
IX
¡Blanca hospedería,
celda de viajero,
con la sombra mía!
X
El acueducto romano
—canta una voz de mi tierra—
y el querer que nos tenemos,
chiquilla, ¡vaya firmeza!
XI
A las palabras de amor
les sienta bien su poquito
de exageraciòn.
XII
En Santo Domingo,
la misa mayor.
Aunque me decían
hereje y masòn,
rezando contigo,
¡cuánta devociòn!
XIII
Hay fiesta en el prado verde
—pífano y tambor—.
Con su cayado florido
y abarcas de oro vino un pastor.
Del monte bajé,
sòlo por bailar con ella;
al monte me tornaré.
En los árboles del huerto
hay un ruiseñor;
canta de noche y de día,
canta a la luna y al sol.
Ronco de cantar:
«Al huerto vendrá la niña
y una rosa cortará.»
Entre las negras encinas
hay una fuente de piedra,
y un cantarillo de barro
que nunca se llena.
Por el encinar,
con la blanca luna,
ella volverá.
XIV
Contigo en Valonsadero,
fiesta de San José,
mañana en la Pampa,
del otro lado del mar.
Guárdame la fe,
que yo volveré.
Mañana seré pampero,
y se me irá el corazòn
a orillas del alto Duero.
XV
Mientras danzáis en corro,
niñas, cantad:
«Ya están los prados verdes,
ya vino abril galán.»
«A la orilla del río,
por el negro encinar,
sus abarcas de plata
hemos visto brillar.
Ya están los prados verdes,
ya vino abril galán.»
Songs
I
By the flowering hills
seethes the wide sea.
The honeycomb from my bees
contains tiny grains of salt.
II
By the black water.
Scent of sea and jasmine.
Málagueñan night.
III
Spring is here again.
No one knows how it came.
IV
Spring is here entire,
Snowy hallelujahs
of the flowering briar!
V
Moon at full, Moon at full
so swollen and so round
in this March night, so still,
honeycomb of light
worked by bees pure white!
VI
Night in Castile:
the song is sung,
or, rather, is unsung.
When all is asleep
I’ll lean on the sill.
VII
Sing, sing clear, rhythmically
the green branching almond tree
and the river’s double willow.
Sing of the grey oak-tree
that the axe has severed
of the flower no one sees.
Of the orchard pear-trees
the white flower, and the pink
flower of the peach-tree.
And this fragrance breathed
By the moist breeze
from the flowering bean.
VIII
The fountains and the four
acacias in flower
in the little plaza.
The sun no longer burns.
Pleasant late afternoon!
Sing, you nightingale.
It’s the same hour
in my heart.
IX
White inn,
a traveller’s cell,
with my shadow!
X
The Roman aqueduct
– a voice from my land sings –
and the love we possess,
my child, there’s steadfastness!
XI
Words of love
sound better
for a little excess.
XII
High Mass
in Santo Domingo.
They called me
a heretic, a Mason –
praying with you
what devotion!
XIII
A fiesta in the green meadow
– fife and drum –
A shepherd arrived
with flowering crook and golden sandals.
I’ve come down from the hills
just to dance with her:
to the hills I’ll return.
A nightingale sings
in the garden leaves:
sings by night and day,
sings in moon and sun.
Hoarse with singing:
a girl comes to the garden
to pick a rose.
Between the dark oaks
there’s a stone fountain
and a little earthen jug
that’s never filled.
Through the oak trees,
under a white moon
she’ll return.
XIV
In Valonsadero with you
on the Eve of Saint John:
tomorrow on the pampas
the other side of the sea.
Till I return,
keep faith with me,
I’ll be on the pampas, tomorrow,
but my heart will fly from me
to the slopes of the high Duero.
XV
While you’re dancing round,
sing, girls, sing:
already the fields are green,
April your lover is come.
By the riverside
among the dark oak-trees
we’ve seen the silver
of his sandals gleam.
Already the meadows are green,
April your lover is come.
Translated by A. S. Kline
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