Yo escucho los cantos...
Yo escucho los cantos de viejas cadencias, que los niños cantan cuando en coro juegan, y vierten en coro sus almas que sueñan, cual vierten sus aguas las fuentes de piedra: con monotonías de risas eternas, que no son alegres, con lágrimas viejas, que no son amargas y dicen tristezas, tristezas de amores de antiguas leyendas.
En los labios niños, las canciones llevan confusa la historia y clara la pena; como clara el agua lleva su conseja de viejos amores, que nunca se cuentan.
Jugando, a la sombra de una plaza vieja, los niños cantaban...
La fuente de piedra vertía su eterno cristal de leyenda.
Cantaban los niños canciones ingenuas, de un algo que pasa y que nunca llega: la historia confusa y clara la pena. Seguía su cuento la fuente serena; borrada la historia, contaba la pena.
I follow the songs... I follow the songs with age-old rhythms the children are singing while they are playing and showing in song what their souls are dreaming, like stone fountains that show their water: in monotonous murmurs of undying laughter that has in it no joy, of ancient weeping that has in it no pain and speaks of sadness the sadness of loving of ancient legends. In the mouths of children the singing brings the tale’s confusion, pain that’s clear as that clear water, brings the message of ancient love, that it conceals. Playing in shadows of an ancient plaza the children, singing… The fountain of stone poured out its eternal crystal of legend.
The children were singing innocent songs of things that go on and are never ending: the story confused the suffering clear. The fountain serenely continued its tale: erasing the story, telling the pain.
Translated by A. S. Kline Etiquetas: Antonio Machado |