Verso XXXIII. De mi desdicha espantosa...
De mi desdicha espantosa
Siento, oh estrellas, que muero:
Yo quiero vivir, yo quiero
Ver a una mujer hermosa.
El cabello, como un casco,
Le corona el rostro bello:
Brilla su negro cabello
Como un sable de Damasco.
¿Aquélla?... Pues pon la hiel
Del mundo entero en un haz,
Y tállala en cuerpo, y ¡haz
Un alma entera de hiel!
¿Esta?... Pues esta infeliz
Lleva escarpines rosados,
Y los labios colorados,
Y la cara de barniz.
El alma lúgubre grita:
"¡Mujer, maldita mujer!"
¡No sé yo quién pueda ser
Entre las dos la maldita!"
Verse XXXIII. I'm so frightfully unhappy...
I'm so frightfully unhappy,
I feel, oh stars, I am dying:
I want to live, and I'm sighing
A beauteous woman to see.
Like a helmet, her headdress
A beautiful face protects:
Her black hair the light reflects
Like the sword of Damascus.
What of that one?… Well, find all
The world's gall, and then enmesh,
Cover it in so much flesh,
And you have a soul that's all gall!
Well, this one?… What a disgrace!
The creature red slippers wears,
Paints her lips red if she cares,
And puts on a barnished face.
The sorrowful soul then screamed:
Damn you, woman, twice damn you!"
I know not which of the two
The more accursed should be deemed!
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