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Poemas en Inglés es un blog que pretende acercar poemas de lengua inglesa al castellano |
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"Por principio, toda traducción es buena. En cualquier caso, pasa con ellas lo que con las mujeres: de alguna manera son necesarias, aunque no todas son perfectas" Augusto Monterroso -La palabra mágica-
"Es imposible traducir la poesía. ¿Acaso se puede traducir la música?" Voltaire
"Translating poetry is like making jewelry. Every word counts, and each sparkles with so many facets. Translating prose is like sculpting: get the shape and the lines right, then polish the seams later." James Nolan
"La traducción destroza el espíritu del idioma" Federico García Lorca |
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Rubén Darío -Poema del otoño- |
jueves, 14 de septiembre de 2006 |
Poema del otoño
Tú, que estás la barba en la mano meditabundo, ¿has dejado pasar, hermano, la flor del mundo?
Te lamentas de los ayeres con quejas vanas: ¡aún hay promesas de placeres en los mañanas!
Aún puedes casar la olorosa rosa y el lis, y hay mirtos para tu orgullosa cabeza gris.
El alma ahíta cruel inmola lo que la alegra, como Zingua, reina de Angola, lúbrica negra.
Tú has gozado de la hora amable, y oyes después la imprecación del formidable Eclesiastés.
El domingo de amor te hechiza; mas mira cómo llega el miércoles de ceniza; Memento, homo...
Por eso hacia el florido monte las almas van, y se explican Anacreonte y Omar Kayam.
Huyendo del mal, de improviso se entra en el mal, por la puerta del paraíso artificial.
Y no obstante la vida es bella, por poseer la perla, la rosa, la estrella y la mujer.
Lucifer brilla. Canta el ronco mar. Y se pierde Silvano, oculto tras el tronco del haya verde.
Y sentimos la vida pura, clara, real, cuando la envuelve la dulzura primaveral.
¿Para qué las envidias viles y las injurias, cuando retuercen sus reptiles pálidas furias?
¿Para qué los odios funestos de los ingratos? ¿Para qué los lívidos gestos de los Pilatos?
¡Si lo terreno acaba, en suma, cielo e infierno, y nuestras vidas son la espuma de un mar eterno!
Lavemos bien de nuestra veste la amarga prosa; soñemos en una celeste mística rosa.
Cojamos la flor del instante; ¡la melodía de la mágica alondra cante la miel del día!
Amor a su fiesta convida y nos corona. Todos tenemos en la vida nuestra Verona.
Aun en la hora crepuscular canta una voz: «Ruth, risueña, viene a espigar para Booz!»
Mas coged la flor del instante, cuando en Oriente nace el alba para el fragante adolescente.
¡Oh! Niño que con Eros juegas, niños lozanos, danzad como las ninfas griegas y los silvanos.
El viejo tiempo todo roe y va de prisa; sabed vencerle, Cintia, Cloe y Cidalisa.
Trocad por rosas azahares, que suena el son de aquel Cantar de los Cantares de Salomón.
Príapo vela en los jardines que Cipris huella; Hécate hace aullar a los mastines; mas Diana es bella;
y apenas envuelta en los velos de la ilusión, baja a los bosques de los cielos por Endimión.
¡Adolescencia! Amor te dora con su virtud; goza del beso de la aurora, ¡oh juventud!
¡Desventurado el que ha cogido tarde la flor! Y ¡ay de aquel que nunca ha sabido lo que es amor!
Yo he visto en tierra tropical la sangre arder, como en un cáliz de cristal, en la mujer
Y en todas partes la que ama y se consume como una flor hecha de llama y de perfume.
Abrasaos en esa llama y respirad ese perfume que embalsama la Humanidad.
Gozad de la carne, ese bien que hoy nos hechiza, y después se tornará en polvo y ceniza.
Gozad del sol, de la pagana luz de sus fuegos; gozad del sol, porque mañana estaréis ciegos.
Gozad de la dulce armonía que a Apolo invoca; gozad del canto, porque un día no tendréis boca.
Gozad de la tierra que un bien cierto encierra; gozad, porque no estáis aún bajo la tierra.
Apartad el temor que os hiela y que os restringe; la paloma de Venus vuela sobre la Esfinge.
Aún vencen muerte, tiempo y hado las amorosas; en las tumbas se han encontrado mirtos y rosas.
Aún Anadiódema en sus lidias nos da su ayuda; aún resurge en la obra de Fidias Friné desnuda.
Vive el bíblico Adán robusto, de sangre humana, y aún siente nuestra lengua el gusto de la manzana.
Y hace de este globo viviente fuerza y acción la universal y omnipotente fecundación.
El corazón del cielo late por la victoria de este vivir, que es un combate y es una gloria.
Pues aunque hay pena y nos agravia el sino adverso, en nosotros corre la savia del universo.
Nuestro cráneo guarda el vibrar de tierra y sol, como el ruido de la mar el caracol.
La sal del mar en nuestras venas va a borbotones; tenemos sangre de sirenas y de tritones.
A nosotros encinas, lauros, frondas espesas; tenemos carne de centauros y satiresas.
En nosotros la vida vierte fuerza y calor. ¡Vamos al reino de la Muerte por el camino del Amor!
The autumn poem You, meditating on some other, hand on chin curled, think to have let fall, brother, the flower of the world.
Emptily you lament and count all of them sorrow, say what is past will discount pleasures tomorrow.
Forgetting that the iris with rose in fragrace will wed, as too will proud myrtle shows deck the grey head.
What the soul delights in, it kills, as expire they must, all lovers that Zingua wills to feed her lust.
And you call the kind, harmless hour catastrophes, and you expect thereafter the sour Ecclesiastes.
Bedazzled by Sunday do you not remember how love began: and how it died on Ash Wednesday an ember, O soul of man!
Up the blossoming mountain climbs the soul from harm. So say Anacreon and rhymes of Omar Kayyam.
Escaping evil and in this past all advice: did not the evil of artifice adorn paradise?
And beautiful and bright surely days are in a women captured, a rose and one white evening star.
Lucifer shines; in happiness drunk sings the rough sea. Yet Sylvanus is in the trunk of green beech tree.
Shall we say, then, that life is pure, entrancing and clear, regal in all sweetness and sure of Springtime near?
And shall we say that in the midst of injuries and of insults when the reptiles twist glowing in furies?
What good that we are conscious of baleful faces, or the emnities, or of Pontius Pilate's smooth graces?
Whenever the land finishes, and flat the tide's motion, we are as we were, mere foam of that eternal ocean.
Let us wash then our clothing of staunched prose but dream also of betrothing the mystic rose.
Flowers, flowers in each moment, hold to the lark's song, that one whole day in the firmament be honey long.
We are all abundantly crowned with love's corona: so each of us finds the ground of our Verona.
Even at the last hour comes truth, singing so as to comfort us and say, Ruth, glean for Boaz!
As in flowers, rich in their nascent blossoming spent, is not the dawn then but of fragrance, adolescent!
Dance after the Sylvani or Eros, be lusty again, and as the world was, amorous as all nymphs then.
Since time disgraces as disease, you must know the wiles to conquer him, Cydalise, Cythia, Chloe.
After Cypris comes Priapus, hard on the prowl, as Hecate hunting for Diana has dogs howl.
Yet she, beautiful but blind to all in her chiffon imaginings goes down to find Endymion.
Now to the place of roses belongs orange blossom: so we will hear the Song of Songs and Solomon.
What in adolescence can hurt you? Love will flower as the dawn does, and in virtue: what bliss that hour!
Unhappy he who waits too long; and worse those who spin out forever a song that no love knows.
Here and in far lands a palace where blood burns: woman is that glittering chalice for which love yearns.
She who is spent breath and flame must everywhere unfasten and sublime the same into fine air.
Relinquish to longing its scope: deeply inhale: in the fragrance of women our hope, our holy grail.
Feast on what the body has, as appetite must: what of it afterwards continues but as ashes and dust?
Glory in the flame and prize the flowering sun: tomorrow is the passion of eyes even undone.
Embrace the harmonies of Apollo, sing of the south: for you will lack in the days that follow even a mouth.
You will not let the good things blot out their true worth, because you know you are not yet under the earth.
Remember also that which freezes or restricts is the dove that Venus releases over the Sphinx.
Out of hardship there comes to aid us Anadyomene: As also from the work of Phidias comely Phryne.
In the sweetness of apple continues the Biblical man: and sits in our veins and sinews unregenerate Adam.
What is living but a bestowing, a libation, a universal and overflowing fecundation. All that is heaven beats forward to eventual glory, which out of love's contest is our true heart's story.
Pain contains and offends us, this is continually fate: but given also is the flowing noesis of the world's state.
And ours also a vibrancy as seashell the surf sounding in its sufficiency sunlight and earth.
Salt in our arteries presses its bloodline and sweep as sirens in wavering tresses keep tritons from sleep.
Fence us in then with ilex and laurel, and deeper entrust: we, centaurs inclined, have no quarrel with satyr's lust.
In us abundances pour headlong their breath, as richer in love's realms we draw and deeper to death.
Translated by C. John HolcombeEtiquetas: Rubén Darío |
posted by Bishop @ 10:40 |
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