Pablo Neruda -Oda a la bella desnuda- |
lunes, 21 de marzo de 2005 |
Oda a la bella desnuda
Con casto corazón, con ojos puros, te celebro, belleza, reteniendo la sangre para que surja y siga la línea, tu contorno, para que te acuestes en mi oda como en tierra de bosques o en espuma: en aroma terrestre o en música marina.
Bella desnuda, igual tus pies arqueados por un antiguo golpe del viento o del sonido que tus orejas, caracolas, mínimas del esplendido mar americano. Iguales son tus pechos de paralela plenitud, colmados por la luz de la vida, iguales son volando tus párpados de trigo que descubren o cierran dos países profundos en tus ojos.
La línea que tu espalda ha dividido en pálidas regiones se pierde y surge en dos tersas mitades de manzana y sigue separando tu hermosura en dos columnas de oro quemado, de alabastro fino, a perderse en tus pies como en dos uvas, desde donde otra vez arde y se eleva el árbol doble de ni simetría, fuego florido, candelabro abierto, turgente fruta erguida sobre el pacto del mar y de la tierra.
Tu cuerpo, en qué materia, ágata, cuarzo, trigo, se plasmò, fue subiendo como el pan se levanta de la temperatura, y señalò colinas plateadas, valles de un solo pétalò, dulzuras de profundo terciopelo, hasta quedar cuajada la fina y firme forma femenina?
No sòlo es luz que cae sobre el mundo la que alarga en tu cuerpo su nieve sofocada, sino que se desprende de ti la claridad como si fueras encendida por dentro.
Debajo de tu piel vive la luna.
Ode to a naked beauty
With chaste heart, and pure eyes I celebrate you, my beauty, restraining my blood so that the line surges and follows your contour, and you bed yourself in my verse, as in woodland, or wave-spume: earth's perfume, sea's music.
Nakedly beautiful, whether it is your feet, arching at a primal touch of sound or breeze, or your ears, tiny spiral shells from the splendour of America's oceans. Your breasts also, of equal fullness, overflowing with the living light and, yes, winged your eyelids of silken corn that disclose or enclose the deep twin landscapes of your eyes.
The line of your back separating you falls away into paler regions then surges to the smooth hemispheres of an apple, and goes splitting your loveliness into two pillars of burnt gold, pure alabaster, to be lost in the twin clusters of your feet, from which, once more, lifts and takes fire the double tree of your symmetry: flower of fire, open circle of candles, swollen fruit raised over the meeting of earth and ocean.
Your body - from what substances agate, quartz, ears of wheat, did it flow, was it gathered, rising like bread in the warmth, and signalling hills silvered, valleys of a single petal, sweetnesses of velvet depth, until the pure, fine, form of woman thickened and rested there?
It is not so much light that falls over the world extended by your body its suffocating snow, as brightness, pouring itself out of you, as if you were burning inside.
Under your skin the moon is alive.Etiquetas: Pablo Neruda |
posted by Bishop @ 22:35 |
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