viernes, 18 de febrero de 2005

Pablo Neruda -Amor América-

Amor América

Antes de la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales,
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.
El hombre tierra fue, vasija, parpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.
Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban escritas.
Nadie pudo recordarlas después: el viento
las olvido, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.
No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayo una gota roja en la espesura
y se apago una lámpara de tierra.
Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del bufalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas
de la sombría paz venezolana,
te busque, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre
o tu, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.
Yo, incásico del légamo,
toque la piedra y dije:
Quien me espera? Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre flores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un parpado verde.
Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepo por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aun no nacida de mi boca.


Love America

Before the wig and the dress coat
there were rivers, arterial rivers,
There were cordilleras, jagged waves where
the condor and the snow seemed immutable:
there was dampness and dense growth, the thunder
as yet unnamed, the planetary pampas.
Man was dust, earthen vase, and eyelid
of tremulous loam, the shape of clay-
he was Carib jug, Chibcha stone,
imperial cup of Araucanian silica.
Tender and bloody was he, but on the grip
of his weapon of moist flint,
the initials of the earth were written.
No one could remember them afterward: the wind
forgot them, the language of water
was buried, the keys were lost
or flooded with silence or blood.
Life was not lost, pastoral brothers.
But like a wild rose
a red drop fell into the dense growth,
and a lamp of earth was extinguished.
I am here to tell the story.
From the peace of the buffalo
to the pummeled sands
of the land’s end, in the accumulated spray
of the Antarctic light,
and through precipitous tunnels
of shady Venezuelan peacefulness,
I searched for you, my father,
young warrior of darkness and copper,
or you, nuptial plant, indomitable hair,
mother cayman, metallic dove,
I, Inca of the loam,
touched the stone and said:
Who awaits me? And I closed my hand
around a fistful of empty flint.
But I walked among the Zapotec flowers
and the light was soft like a deer
and the shade was a green eyelid.
My land without name, without America, equinoctial
stamen, purple lance, your aroma climbed my roots
up to the glass raised to my lips, up to the slenderest
word as yet unborn in my mouth.

Translated by Alastair Reid

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