Macchu Picchu
III.
El ser como el maíz se desgranaba en el inacabable
granero de los hechos perdidos, de los acontecimientos
miserables, del uno al siete, al ocho,
y no una muerte, sino muchas muertes, llegaba a cada uno:
cada día una muerte pequeña, polvo, gusano, lámpara
que se apaga en el lodo del suburbio, una pequeña muerte de alas gruesas
entraba en cada hombre como una corta lanza
y era el hombre asediado del pan o del cuchillo,
el ganadero: el hijo de los puertos, o el capitán oscuro del arado,
o el roedor de las calles espesas:
todos desfallecieron esperando su muerte, su corta muerte diaria:
y su quebranto aciago de cada día era como una copa negra que bebían temblando.
Macchu Picchu
III.
Being, like maize, is shelled in an infinite
granary of misplaced efforts, of miserable
happenings, the one out of seven, out of eight,
and not one dead, but many deaths approaching each one:
each day a small death, dust, maggot, lamp
shut off in the sludge of the outskirts of town, a small death of rough wings
was thrust into every man like a short lance
and the man was inundated with bread or with knife,
the cattleman: the son of ports, or the dark captain of the plough,
or the rat of the reflective roads:
They weakened waiting for death, the short daily death:
and the fateful deterioration of each day was like a black cup from they drank, trembling.
Translated by Robert Bly
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