lunes, 30 de mayo de 2005

Pablo Neruda -Para lavar a un niño-

Para lavar a un niño

Sólo el amor más viejo de la tierra
lava y peina la estatua de los niños,
endereza las piernas, las rodillas,
sube el agua, resbalan los jabones,
y el cuerpo puro sale a respirar
el aire de la flor y de la madre.

Oh vigilancia clara!
Oh dulce alevosía!
Oh tierna guerra!

Ya el pelo era tortuoso
pelaje entrecruzado por carbones,
por aserrín y aceite,
por hollines, alambres y cangrejos,
hasta que la paciencia
del amor
estableció los cubos, las esponjas,
los peines, las toallas,
y de fregar y de peinar y de ámbar,
de antigua parsimonia y de jazmines
quedó más nuevo el niño todavía
y corrió de las manos de la madre
a montarse de nuevo en su ciclón,
a buscar lodo, aceite, orines, tinta,
a herirse y revolcarse entre las piedras.
Y así recién lavado salta el niño a vivir
porque más tarde sólo tendrá tiempo
para andar limpio, pero ya sin vida.


To wash a child

Only the most ancient love on earth
will wash and comb the statue of the children,
straighten the feet and knees.
The water rises, the soap slithers,
and the pure body comes up to breathe
the air of flowers and motherhood.

Oh, the sharp watchfulness,
the sweet deception,
the lukewarm struggle!

Now the hair is a tangled
pelt criscrossed by charcoal,
by sawdust and oil,
soot, wiring, crabs,
until love, in its patience,
sets up buckets and sponges,
combs and towels,
and, out of scrubbing and combing, amber,
primal scrupulousness, jasmines,
has emerged the child, newer still,
running from the mother's arms
to clamber again on its cyclone,
go looking for mud, oil, urine and ink,
hurt itself, roll about on the stones.
Thurs, newly washed, the child springs into life,
for later, it will have time for nothing more
than keeping clean, but with the life lacking.

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