viernes, 15 de diciembre de 2006

Jorge Luis Borges -Poema de los dones-

Poema de los dones

Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.

De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden

las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.

De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esta alta y honda biblioteca ciega.

Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.

Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
(...)


A poem of gifts

Nobody should think that I, by tear or reproach, make light
Of the mastery of God who,
With excellent irony,
Gives me at once both books and night.

In this city of books he made these eyes
The sightless rulers who can only read,
In libraries of dreams, the pointless
Paragraphs each new dawn offers

To awakened care. In vain the day
Squanders on them its infinite books,
As difficult as the difficult scripts
That perished in Alexandria.

An old Greek story tells how some king died
Of hunger and thirst, though proffered springs and fruits;
My bearings lost, I trudge from side to side
Of this lofty, long blind library.

The walls present, but uselessly,
Encyclopaedia, atlas, Orient
And the west, all centuries, dynasties,
Symbols, cosmos, and cosmogonies.

Slow in my darkness, I explore
The hollow gloom with my hesitant stick,
I, that used to figure Paradise
In the guise of a library.
(...)

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